EL LEGADO DE FRANCISCO: Desarmar palabras y mentes, desarmar la tierra
PorJuan José Salinas21/04/2025

No sé si este es el último texto firmado por Francisco pero es el último que yo tengo. Cuando alguien importante muere suele haber, casi sin excepción, una inflación de palabras. Que a mi me deja sin palabras. Este breve texto escrito por el Papa desde el lugar donde estaba internado se centra en uno de los problemas más acuciantes del momento, como es el insólito rearme de Alemania y casi toda Europa so pretexto de una rusofobia rampante. Un movimiento que produce los peores augurios. Se trata de la carta que le escribió al director del Corriere della Sera de Milán, Luciano Fontana, en respuesta a un mensaje suyo. Francisco le pide que insista y vuelva a publicar un llamamiento por la paz y el desarme.
La guerra es absurda, desarmemos la Tierra
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Estimado Director,
Quisiera agradecerle las palabras de cercanía con las que ha querido estar presente en este momento de enfermedad en el que, como he dicho, la guerra parece aún más absurda. La fragilidad humana, en efecto, tiene el poder de hacernos más claros sobre lo que dura y lo que pasa, sobre lo que nos hace vivir y lo que mata. Quizá por eso tendemos tan a menudo a negar los límites y a rehuir a las personas frágiles y heridas: tienen el poder de cuestionar la dirección que hemos elegido, como individuos y como comunidad.
Me gustaría animarle a usted y a todos aquellos que dedican su trabajo e inteligencia a informar, a través de las herramientas de comunicación que ahora unen nuestro mundo en tiempo real: sientan la importancia de las palabras. Nunca son sólo palabras: son hechos que construyen entornos humanos. Pueden conectar o dividir, servir a la verdad o servirse de ella. Debemos desarmar las palabras, para desarmar las mentes y desarmar la Tierra. Hay una gran necesidad de reflexión, de calma, de sentido de la complejidad.
Mientras que la guerra sólo devasta comunidades y el medio ambiente, sin ofrecer soluciones a los conflictos, la diplomacia y las organizaciones internacionales necesitan sangre nueva y credibilidad. Las religiones, además, pueden recurrir a la espiritualidad de los pueblos para reavivar el deseo de fraternidad y justicia, la esperanza de paz.
Todo esto exige compromiso, trabajo, silencio, palabras. Sintámonos unidos en este esfuerzo, que la Gracia celestial no dejará de inspirar y acompañar.
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Francisco
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Roma, Policlínico Gemelli, 14 de marzo de 2025