El increíble periplo de un revolucionario de los ‘60
José Baxter fue un militante todo terreno, dentro y fuera de la Argentina. De Tacuara al peronismo revolucionario, se trató de un hombre que tuvo contacto con Juan Perón y otros líderes de su talla. Baschetti repasa su historia de vida y compromiso político con la causa nacional.

Le decían “El Gordo” O “Joe”, y había nacido el 24 de mayo de 1940 en la provincia de Buenos Aires con el nombre y apellido de José Baxter.
Es conveniente recordarlo en un nuevo aniversario de su abrupta muerte.
Su padre era un inmigrante irlandés, de religión protestante, veterinario y entrenador de caballos de carrera. No tuvo una buena relación con él. Su infancia y adolescencia la pasó enclaustrado en institutos ingleses de enseñanza, como por ejemplo el colegio “San Albano” de Lomas de Zamora.
Tuvo un paso efímero por la Unión Cívica Radical (UCR). Iniciado en el nacionalismo católico, fue secretario general de Tacuara (1957), mostró una imagen repudiable: pro-nazi y antisemita. “Su actividad política incluía violentos ataques contra la legación diplomática de la Unión Soviética, sinagogas y otras instituciones judías. Compuso un poema antisemita titulado Nuremberg”; entrecomillado tomado de Wikipedia.
Pero la discusión y posterior ruptura de aquella Tacuara en dos fracciones, lo llevó a conformar con otros compañeros, el Movimiento Nacionalista Revolucionario Tacuara (MNRT) de filiación peronista; un verdadero grupo de choque. Como tal, fue uno de los integrantes del asalto al Policlínico Bancario el 29 de agosto de 1963. El dinero “expropiado” (unos 100 mil dólares de la época) iba a ser destinado inicialmente para financiar una invasión por mar a nuestras Islas Malvinas.
Volante de época.
Baxter, dato que pocos conocen, fue estudiante de Filosofía en la Universidad del Salvador. Revisa sus posturas políticas, hará su “camino de Damasco”. En otra Facultad, en la Derecho, en un acto público, fijando posición, dirá: “No sólo hay liberalismo cipayo e izquierdismo cipayo; hay también nacionalismo cipayo. Los nacionalistas cipayos son aquellos que creen que la batalla por la soberanía argentina se jugó en la cancillería de Berlín en 1945”.
En ese mismo acto dirá que no son sus enemigos los tenderos judíos del barrio de Once como creen algunos trasnochados derechistas, sino que el verdadero enemigo a combatir es el imperialismo yanqui.
Con captura recomendada, primero se oculta en algún remoto lugar del Rio Paraná o del Río Uruguay, para luego mudarse a Montevideo, donde toma contacto con el delegado insurreccional de Perón, Héctor Villalón y con el dirigente agrario Raúl Sendic, poco tiempo más tarde carismático líder tupamaro. Allí también se reúne con el ex presidente de Brasil, Joao Goulart.
Cuando la cancillería argentina pide su apresamiento y deportación, John William Cooke lo defiende públicamente. Pasa por China (1964) y Cuba (1967), donde realiza cursos militares de guerrilla y a su regreso por un breve tiempo pone sus conocimientos a disposición de los Tupamaros uruguayos.
(En Cuba –con el nombre ficticio de “Salvador Ballesteros”- conoció a la boliviana Ruth Arrieta, profesora de Historia, integrante de una familia acomodada de Cochabamba, hija y nieta de militares reaccionarios en su país; ella había ido a Cuba como maestra para alfabetizar y con Baxter tuvieron una hija de nombre Mariana, en 1968).
También combatió en Vietnam contra el imperialismo norteamericano siendo condecorado por el mismísimo Ho Chi Minh por su valor en combate; es que Baxter gracias a su aspecto físico –alto, corpulento, pelirrojo, con pecas- entró vestido de militar canadiense al Club de Oficiales del Ejército de los EE.UU., en Saigón, para hacer Inteligencia, y poco después, durante la ofensiva del Thet, participó del ataque a ese lugar con los Vietcong.

Baxter y su foto de prontuario policial.
En su periplo por el mundo se entrevistó con Juan Domingo Perón en su exilio madrileño, en Egipto (El Cairo) con el mandatario Gamal Abdel Nasser -un ícono fundador de la Tercera Posición- y en Argelia con el estadista Ben Bella en lucha contra el colonialismo francés.
Era pícaro para moverse en las manifestaciones de protesta, por ejemplo, la que tuvo lugar en 1965 contra la intervención norteamericana en Santo Domingo o la que luego sucedió en apoyo a Vietnam. Cuenta Alberto Pérez Iriarte: “Joe me aconsejaba ir a las marchas bien vestido y con otro saco o impermeable a mano, para cambiar de aspecto una vez terminada la bronca”.
Y antes de conocer a su esposa, Baxter tuvo en Madrid –cuando fue a ver a Perón- una relación amorosa con la diva norteamericana nacida en Carolina del Norte, Ava Gardner, una mujer de fotogénica belleza entre otros atributos que resaltaban a simple vista.
De regreso a la Argentina y en consonancia con sus ideas de izquierda asumidas, entra a militar en el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) de Roberto Santucho con el nombre de guerra “Rafael”, pero poco tiempo más tarde acusa a éste de reformista y funda la Fracción Roja de dicho Ejército, perteneciente a la Cuarta Internacional (trotskista).
Vivió exiliado en el Chile de Salvador Allende, durante el gobierno de la Unidad Popular, junto a su esposa y su hija.
Murió a los 33 años en un accidente de aviación en Francia, en el Aeropuerto de Orly, el 11 de julio de 1973, cuando el Boeing 707 de Varig que lo transportaba, explotó en parte y se incendió. Viajaba con documentos falsos. Sus restos están enterrados en el cementerio Británico de Buenos Aires en el barrio de Chacarita.
Según se cuenta en el Diccionario Biográfico de las Izquierdas Latinoamericanas, el notable pensador y escritor uruguayo Eduardo Galeano, se inspiró en Baxter para algunos de sus relatos de Los Fantasmas del Día del León (1967) así como para el cuento “Las Fuentes” de su libro Vagamundo (1973).