marzo 8, 2025

LA INTERNA DEL PERONISMO es tan vieja como su resistencia a la opresión

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Susana Valle a fines de los ’60

Para no hablar de las que hubo durante los primeros gobiernos peronistas.// Conocí al Petiso Spina, –uno de los que robó el sable corvo de San Martín del museo de  Plaza de Mayo– cuando regresó tardíamente de su exilio en Brasil a fines de los ’80 o comienzos de los ’90. Fue gracias a mi amistad con su sobrino Julio, en cuyo departamento se alojó. Me pareció entonces que estaba muy fascitoide y dejamos de vernos. Sin embargo en este relato suyo de unos cuantos años después, hablando de la  primera resistencia peronista, vale decir de la segunda mitad de los ’50 y comienzos de los ’60, él mismo se situó muy «a la izquierda» de Dardo Cabo, quien a comienzos de los ’70 se integró a la guerrilla de los Descamisados, comando que rápidamente se integró a Montoneros. Cabo fue nada menos que el director del exitoso semanario de Montoneros, El Descamisado. (y después, ya en la cárcel y antes de que la sacaran de ella y lo asesinaran a comienzos de enero de 1977, el jefe de mi hermano Luis, también preso en la U-9). En fin: con relatos como este de Ronberto Bacardini (Roberto Bardini) no vamos a ganar votos, pero si, quizá, galvanizar a los militantes más jóvenes (que a esta altura de la soirée son casi todos) que ojalá entiendan por qué nos enamoramos de los viejos resistentes. Y que, a pesar de todo, los violentos de entonces resultamos muy pacíficos teniendo en cuenta la enorme cantidad de latrocinios que los patriotas hemos padecido y seguimos padeciendo.

La confusión entre  «derecha» e «izquierda es una característica de época y trascendió al peronismo: hubo quien pasó de Tacuara al ERP, y de éste a su ala izquierda, como Joe Baxter, y nacionalistas de derecha que fueron funcionarios de la dictadura como Diego Muniz Barreto y luego pasaron a militar en Montoneros y a considerarse parte de la izquierda, como pasó  antes de que fuerta secuestrado y asesinado por la dictadura. Un ejemplo notorio en este sentido lo dieron Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde, historiadores nacionalistas y abogados de presos políticos que cuando Ortega Peña fue electo diputado nacional y Duhalde se convirtió en su mano derecha, ambos se situaron claramente a la izquierda de Montoneros.

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Los invito a leer a Bacardini/Bardini y después, si les picó la curiosidad vean (o guarden los enlaces para verla cuando tengan tiempo, y mejor si es con compañeres) la película Los Resistentes, Ahí si, confió, entenderán por qué nos enamoramos de ellos, los miembros del maquis autóctono.

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Zurdos y ortodoxos

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Es la crónica contradicción fogoneada en el peronismo. Se arrastra desde los años ’60 hasta hoy.

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«El Movimiento Nueva Argentina (MNA) y el Comando de Organización (CDO), de Alberto Brito Lima, eran prácticamente lo mismo», recuerda Héctor Spina en 1999, en el bar Victoria, en la zona del Congreso. «En ocasiones se unían para enfrentar a otros grupos de la Juventud Peronista. En lugar de discutir política, desenfundaban las pistolas».

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Conocido como El Petiso, Spina fue uno de los fundadores en 1957 del Comando General Valle de la Juventud Peronista, junto con Susana Valle –hija del general fusilado en junio de 1956–, Gustavo y Alberto Rearte, Jorge Rulli y Julio «Tuli» Ferrari.

Tacuara, en cambio, aún no se definía como peronista pero era un grupo solidario que algunas veces nos brindaba protección armada y en varias ocasiones nos prestó «fierros» sin preguntarnos para qué los necesitábamos», agrega.

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El veterano dirigente textil Andrés Framini también recuerda los choques entre distintos grupos de la JP de aquel tiempo, donde se encuentra un antecedente del enfrentamiento a muerte en los años ‘70, hoy convertido en confrontación… en las redes.

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Entrevistado en septiembre de 1999, Framini relata: «En 1964, Perón nos pide en Madrid a Augusto Vandor, al ingeniero Alberto Iturbe y a mí que reorganicemos la Juventud Peronista. Convoqué a todos los grupos en el Sindicato del Vestido con la idea de unificarlos. Estaban la agrupación de Dardo Cabo y la de Brito Lima, los seguidores de Spina y Rulli, chicos del Movimiento de la Juventud Peronista, encabezado por Envar El Kadri, algunos tacuaras que se habían peronizado y separado de Alberto Ezcurra».

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«Los muchachos comenzaron a discutir, unos con posiciones de izquierda y otros con posiciones de derecha. A los diez minutos se acabó la unidad. Dardo Cabo y un muchacho gordito que siempre estaba con él, llamado Titi Castrofini, desenfundaron sus pistolas y apuntaron a un sector acusándolos de «comunistas». Y se armó el desbande. Así eran las cosas en aquel tiempo».

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Spina también recuerda aquella reunión: «Seríamos unos quince o veinte muchachos de distintos grupos. Yo estaba sentado en un banco, junto a Norberto Mittulo, un militante del CdeO, que a principios de los ‘70 fue uno de los fundadores de la Juventud Sindical Peronista».

«Dardo Cabo y Brito Lima estaban juntos. Hubo discusiones y cruce de acusaciones. Ellos agitaban el fantasma del «marxismo» y del «comunismo»; los otros los acusaban de «fascistas». Iturbe estaba aterrado. De pronto alguien dijo: «¿Pero acaso Perón no habla del gran Mao?». Entonces se pudrió todo. Dardo Cabo se paró arriba del banco con una Luger en la mano, Brito Lima y Mittulo desenfundaron revólveres calibre 38, y se armó un despelote general”.

A pesar de todo, Perón ha dado la orden de unificar a la JP y se hace un segundo encuentro en el Sindicato de Gastronómicos, territorio del CdeO.

Como Perón ha dado la orden de unificar los diversos grupos de la Juventud Peronista, se hace un segundo encuentro en el Sindicato de Gastronómicos, territorio del Comando de Organización.

«La mano ya venía pesada», relata Spina. «El ingeniero Alberto Iturbe se había borrado, espantado por lo que había visto en la primera reunión. Andrés Framini, con una paciencia oriental, intentaba acercar posiciones».

«Estaban compañeros del Movimiento Revolucionario Peronista, de Gustavo Rearte; el Movimiento de la Juventud Peronista y la Juventud Universitaria Peronista original, a quienes se acusaba de «izquierdistas». Del otro lado estaba la «extrema derecha», representada por el MNA y el CdeO. Nosotros, que no estábamos con ninguno de los dos bandos, intentábamos superar las discrepancias y lograr algún tipo de unidad».

«Uno del MNA o del CdeO tenía un silbato. En un momento dado un compañero me avisa: «Subí a la terraza porque se va a armar la podrida». Subo y veo a unos veinte compañeros del MNA, entre los cuales estaba Castrofini con una ametralladora PAM y todos los demás con revólveres y cachiporras».

«Recordé que abajo, en el anfiteatro, había uno de ellos con un silbato. Deduje que si se armaba lío y sonaba el pito, estos iban a bajar y se iba a armar un gran despelote. Conversé con ellos, pero no querían atender razones. Abajo, mientras tanto, había discusiones y agresiones verbales, y tampoco se llegó a nada en esa reunión».

A pesar de todo, se convoca a un último encuentro en el Sindicato del Calzado.

«Era un salón largo y todos estábamos sentados frente a frente, de espaldas a la paredes», relata Spina. «Seríamos alrededor de cuarenta. Uno se levantó y se le cayó la pistola 45 de la cintura. También estaba Vandor, que quería contemporizar con todos pero no podía. Al final del salón había una escalera que conducía a la planta baja y estaba llena de compañeros que no participaban de la reunión. Entre ellos, estaba uno del MNA con otra 45 en la cintura, y me dijo: «Vamos a matar a todos los zurdos». En esta reunión tampoco se llegó a nada».

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El sociólogo Alfredo Ossorio (foto), en aquel tiempo uno de los dirigentes del Movimiento Nacionalista Revolucionario Tacuara (MNRT), que había optado por el peronismo combativo, también recuerda los ánimos caldeados de aquella última reunión: Brito Lima le puso una pistola en el pecho, acusándolo simultáneamente de «nazi» y «comunista».

La reunificación nunca se concretó. Transcurrieron más de sesenta años desde que Perón les solicitó a Framini, Iturbe y Vandor que unificaran las diversas agrupaciones de la JP. Pero como dice un viejo refrán español, «de aquellos barros vienen estos lodos».

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N. del E: la mayor unificación de la JP se logró en 1972 con la hegemonía de la organización Montoneros a través de Rodolfo Galimberti, nombrado por Perón representante máximo de la misma, al parecer sin saber que Galimberti había ingresado a la entonces «organización político-militar».  Galimberti fue el primer ex montonero en girar violentamente a la derecha neoliberal pero o fue el único. Su ex cuñada Patricia Bullrich rompió todos los límites.

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